Durante estos días de confinamiento, hemos asistido a un ajuste importante en la estrategia de capacitación de los distintos participantes con objetivos de emancipación. Los profesionales del Área de Capacitación para la Vida Independiente, han tenido que modificar la metodología de intervención, con el objetivo de garantizar la accesibilidad a los contenidos de aprendizaje, dentro de cada uno de los planes de capacitación individuales que se realizan.
Ahora más que nunca, las cualidades técnicas y profesionales de los equipos profesionales son determinantes. La creatividad, la flexibilidad, el uso de tecnología, conocer las características individuales de cada uno de los participantes que son apoyados desde el área, resultan claves fundamentales para conseguir el resultado esperado.
Todos nuestros profesionales capacitadores, tienen la misión de llevar a cabo su intervención socioeducativa en el contexto de la persona protagonista para que, de este modo, logren desarrollarse plenamente participando de su contexto más inmediato en los ámbitos sociales y comunitarios.
El estado de alarma ha llevado al profesional a reinventarse y a generar nuevas formas de intervención para que la persona sea capaz de seguir sus aprendizajes en el contexto del hogar familiar.
La puesta en marcha de nuevas formas de intervención, enriquece la labor diaria de un equipo de personas que no cesa en su actividad, gracias a las posibilidades que esta nueva forma de trabajo, de relacionarnos y, en definitiva, de vivir nos ofrece.
El Área de Capacitación para la Vida Independiente ha conseguido unos índices de participación durante el estado de alarma, de un 87,89%, lo que se traduce en que ocho de cada diez participantes ha estado apoyado y activo en su plan de capacitación individual.
Esta acción se encuentra cofinanciada en un 80% por el Fondo Social Europeo, en el marco del Programa Operativo FSE 2014-2020 de Castilla-La Mancha.